La identidad se encuentra en la gente común, en lo que somos y en lo que queremos ser. Se manifiesta en lo colectivo, en aquello que nos une como nación. Observamos personas trabajadoras, alegres, perseverantes, que luchan por sus sueños y reflejan fortaleza, dignidad, logros y también decepciones.
Nuestra identidad está marcada por la unión, por ese vínculo que nos define como colombianos, cargando el país con esfuerzo y convicción. Sin embargo, es doloroso que muchas veces se nos asocie con imágenes de violencia, guerra y caos, consecuencias de estructuras y organizaciones criminales.
En nuestra vida cotidiana, a menudo nos cuesta aceptarnos mutuamente. Además, la falta de oportunidades, la desigualdad y el desempleo llevan a muchos a buscar caminos fáciles para sobrevivir. Aun así, la verdadera identidad de un pueblo no se define por sus dificultades, sino por su capacidad de resistir, transformar y avanzar con esperanza.